17 julio 2019

Tyketto - Shine (1995)


No os traía un disco al blog desde el mes de febrero y creo que ya va siendo hora de cambiar eso. El trabajo que he elegido para retomar la sección es un desconocido, pero no por ello menos valioso, disco de Tyketto que no podréis encontrar en plataformas como Spotify o Dezeer. Se trata de su tercer LP de estudio, el primero (y único) en el que no contaron con su vocalista original Danny Vaughn.

Por diversas circunstancias, Danny Vaughn abandonó la banda al poco tiempo de ser publicado su segundo trabajo de estudio, “Strenght in Numbers”, un tremendo disco de rock melódico que tardó dos años en ser publicado, yq que Geffen, la compañía de su aclamado debut “Don’t Come Easy”, por aquel entonces no estaba por la labor de publicar discos de rock melódico cuando las tendencias musicales del momento se movían por otros derroteros.

Fue “Music For Nations” la que editó dicho trabajo en 1994, poco después Vaughn abandonó el barco. Esta misma compañía se empeñó un año más tarde en mantener el nombre de la banda para su siguiente disco cuando los propios componentes querían cambiarlo, aún a sabiendas de la controversia que iba a generar un cambio de estilo alejado del que sus seguidores podían esperar. El riesgo estaba ahí, era evidente, por mucho que continuaran St. James, Clayton Arbeeny y Scott. Igual de complicada se vaticinaba la captación de nuevos adeptos para la causa en unos duros tiempos que corrían para un disco de esas características.

Pues aquí está, este es “Shine”, tercer trabajo trabajo de Tyketto, interpretado vocalmente por Steve Augeri, que fue propuesto por el mismo Vaughn para sustituirle al ser confeso fan de su discazo con “Tall Stories”. Con este trabajo la banda da un giro de 180 grados y se adentra en los confines del hard rock más clásico y setentero.

Lo primero que cabe destacar de “Shine” es su espectacular sonido que me impactó desde la primera escucha, desde los primeros compases de “Jamie”; todo el disco suena espectacular, las formidables mezclas del productor Bob Ludwig ayudaron a incrementar la autenticidad de este trabajo notablemente.

Las acústicas que acompañan la voz de Augeri en esa inicial “Jamie” desembocan en un demoledor riff que te mete una hostia en toda regla para que desde el inicio empieces a darte cuenta de por dónde se van a encaminar las nuevas canciones. Misma sensación que te va a recorrer con “Rawthigh” en la que sus guitarras lo invaden todo a modo de rasgados riffs, dos solos y un apoteósico final precedido por un reposado y vacilón fraseo de Augeri, ¡menudos dos temazos para comenzar!

Más acordes electrizantes de St. James sirven de inicio para “Radio Mary”, tema con claras reminiscencias setenteras que recuerda a los Black Crowes lo cojas por donde lo cojas, especialmente por el modo de cantar de Steve; los coros femeninos que aparecen en la segunda mitad de la canción no hace más que acrecentar ese cúmulo de sensaciones en otro espléndido tema.

“Get Me There” es una bonita balada acústica muy intimista. Pero volvemos al potente hard rock clásico, guitarras que inundan toda la canción en “High”; la clase de Brooke St. James está fuera de toda duda con un solo y arreglos formidables.

Llega una de mis debilidades, “The Ballad of Ruby”, donde Augeri utiliza tonos graves y susurrantes en la primera mitad, incrementando su registro conforme avanza el tema con la compañía de un incesante y sugerente slide y esas voces femeninas que confieren al tema un aire realmente genuino.

Menuda patada en el culo te mete “Let It Go” que se presenta con un inspirado riff pero la adrenalina se dispara sin límites cuando, tras esos fraseos, Augeri aumenta las revoluciones con un verso vocal apabullante.

Puro blues vamos a disfrutar de principio a fin con “Long Cold Winter”, de ritmo penetrantemente marcado y otro fantástico final de St. James. Y más blues en la quizás demasiado extensa “I Won’t Cry” donde Augeri incrementa paulatinamente sus registros. Para finalizar nos traen "Shine" tema que da nombre al disco donde se recuperan los ritmos hard más clásicos con un risueño riff y un machacón estribillo.

Lo verdaderamente extraño de Shine no son sus composiciones, sino la valentía de los músicos que las crearon en una época nada alentadora para ello y sabedores a ciencia cierta del poco éxito comercial que iban a obtener. Hard rock clásico a la vieja usanza y con sonido vanguardista repleto de feeling, clase y elegancia, guitarras espectaculares, una base rítmica que suena nítida, en perfecta armonía y la voz de Augeri que se muestra pletórica y vibrante de principio a fin.

Dale una oportunidad a “Shine”; el disco se lo merece, tu alma rockera te lo agradecerá.
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