¿Qué tal un poco de cordura?

Ascenso. Esa es la palabra más nombrada en las últimas semanas en el entorno del F.C. Cartagena. Yo pediría un poco de mesura, un poco de cordura y, por qué no, un poco de modestia.

Por todos es conocido que la ambición de Paco Gómez no conoce de límites, que es un tío “echao pa lante” y todas esas cosas. El problema es que, además de todo eso, hay que ser inteligente y creo que la estrategia de marcarse el ascenso como objetivo de la temporada no es una buena opción. Ya se demostró la pasada campaña, pero parece que en el Cartagena desean tropezar dos veces con la misma piedra.

La verdad es que este Cartagena pinta muy bien, la llegada de jugadores como Collantes o Abraham Paz puede servir para asentar aun más al equipo en la categoría, pero nunca para hablar de ascenso tan a la ligera, y mucho menos como lo hizo el Director General, Paco López, el día de la presentación. Aquel día López tuvo la osadía de decir públicamente que el Cartagena iba a luchar, no sólo por meterse en play off, sino por el ascenso directo, lo cual, con equipos con presupuesto e historia de la talla del Deportivo de La Coruña, Hércules, Valladolid, Elche, Celta, Almería o Xerez, me parece una soberbia desfachatez.

Desde que Ángel Quirantes –que últimamente se está manteniendo un poco más al margen de lo que nos tenía acostumbrados– se hiciera con el cargo de Director Deportivo, la modestia ha brillado por su ausencia. Varios han sido los traspiés que el señor Quirantes ha sufrido al frente de su recién estrenado cargo. Tal vez convendría ser un poco más comedido en ciertos comentarios –como pueden ser los casos de Víctor o Julio Peguero con el Recre, por ejemplo- porque a veces la jugada puede salir mal. No estábamos acostumbrados tener un Director Deportivo tan dicharachero y es por eso por lo que la actitud de Quirantes no deja indiferente a nadie. En alguna ocasión, esta lengua tan larga ha podido incluso truncar algún fichaje, pero esa es otra película.

En mi modesta opinión, hoy por hoy, este Cartagena no es un aspirante al ascenso. A este Cartagena la falta gol, le falta un delantero que marque la diferencia, no me vale que cambien a Goiria por un jugador de Segunda B al que esta pasada temporada le salió un buen año. También tuvo el propio Goiria su momento de gloria en Segunda B. Me vale un jugador de contrastada categoría, un jugador que, promedia una veintena de goles por temporada y que imponga respeto a los defensores rivales.

Veamos los casos de los equipos que ascendieron la pasada campaña. El Real Betis contaba en sus filas con Rubén Castro (27 goles) y Jorge Molina (18 goles). El Granada tenía en sus filas a Álex Geijo (24 tantos). El Cartagena, por su parte, tuvo como máximos anotadores a Toché (que ya no está) y Víctor (que tampoco está). Para suplirlos han llegado Salva Chamorro (12 goles en Segunda B) y un Iván Bolado que no convence a nadie y que ha marcado únicamente 8 tantos en el total de las cuatro últimas temporadas, dónde no ha disputado más de una treintena de partidos… por algo será.

Es cierto que en el seno de la entidad se atisba la intencionalidad de mejorar ciertos aspectos, pero no es menos cierto que aun queda mucho, pero que mucho camino por recorrer. Este Cartagena todavía arrastra muchos vicios de antaño, su reciente pasado pseudo-profesional está todavía muy presente en innumerables detalles que alejan mucho a este equipo de ser un club organizado y serio. Todavía no se actúa con claridad y son muchas las lagunas que restan por solventar. Todo se andará.

Por todo esto considero (sigue siendo una opinión muy personal) que no es bueno vender humo poniendo el ascenso como meta. Convendría quizás ser más comedidos en las declaraciones y no abusar de otra cosa que no sea la prudencia. Convendría ir cumpliendo objetivos paso a paso, para cuando se llegue al último tramo de la temporada –recordemos que el Granada entró en puestos de play off al final de la liga-, si hay posibilidades, poder hablar de cotas más altas. Hasta entonces yo iré cada Domingo (o Sábado) al Estadio a disfrutar de mi Cartagena por tercera temporada cosecutiva en el fútbol profesional sin otro objetivo que ese, disfrutar de la categoría y tratar de mantenerla.