02 julio 2018

El ascenso que nunca llegó


Por fin llegó el día, ya es domingo 28 de mayo de 2018, recuerden esa fecha porque entrará en la historia del deporte de Cartagena. Me despierto temprano después de toda la noche sin pegar ojo, más bien toda la semana diría yo, ¡qué nervios Dios mío! Iremos a verlo al Palacio de los Deportes ya que estoy de retén en el trabajo y no puedo vivirlo en directo en Majadahonda como ya hice en aquel ascenso de Alcoy; hoy les tocará a otros ser los privilegiados en presenciar in situ ese momento histórico. La semana pasada el equipo ganó al Rayo Majadahonda en el Cartagonova y hoy se puede consumar por fin el sueño por el que llevamos luchando durante toda una temporada.


 

No tengo hambre, a penas soy capaz de ingerir algo para desayunar. Desde primera hora ando deambulando nervioso por la casa esperando a que llegue la hora de ir junto con mi mujer y mi niño al Palacio. Ya son las 11:10, venga ¿nos vamos?... ¡Vamos!

 

Hacia allí nos dirigimos, ataviados con nuestras camisetas blanquinegras e ilusionados con el ambiente que se vive por las calles, -¡Jo papi, cuanta gente con camisetas del Efesé!- exclama mi hijo. Llegamos al Palacio, apenas queda sitio para sentarnos, ya está casi lleno y todavía queda más de media hora para que empiece el partido… ¡aquí se va a vivir una fiesta!

 

Comienza el encuentro, madre mía, se me va a salir el corazón. ¡Vaya ambientazo! Vemos que el míster dispone defensa de 5. No, espera, es defensa de 3 con dos laterales muy ofensivos. Entonces papi, ¿este planteamiento es más ofensivo o más defensivo? Ofensivo hijo, ofensivo… Ojo que la tiene Rubén Cruz nada más empezar… ¡¡uiiiii!! Bien, empezamos fuertes... Ya se acaba la primera parte, empate a cero.

 

Madre mía nene, que malos son –espeta mi mujer a la que no le gusta nada el fútbol-, parece que ha salido a empatar, que tengan cuidado... Anda calla, si estos no han tirado a puerta, no seas gafe -le respondo- venga va que va a empezar la segunda parte, yo no me aguanto aquí sentado, me voy a la pista.

 

Segunda parte en marcha, todo igual. La tensión se puede cortar con un cuchillo en el ambiente, cada vez se ve más cerca el ascenso y los nervios afloran tanto en los presentes en el palacio como en el equipo, pero aguantan bien y el Rayo a penas genera ocasiones de gol. Venga que ya está ahí la recta final, vamos árbitro por Dios, la horaaaaa!! ¿Qué? ¡¡¡Siete minutos!!! Pero qué pedazo de… ¿cómo puede ser? Madre mía me va a dar algo, pita yaaaaa.

 

Último minuto, el Rayo aprieta y el Cartagena metido atrás, esto se va a acabar, el Cartagena a 30 segundos de subir… saque de banda a favor del Rayo, será la última del partido. La cuelgan al corazón del área, alguien peina hacia atrás y ojoooo… nada, nada, Míchel pega un patadón y despeja el peligro. Sale el equipo, Moussa aguanta el balón en el córner, esto se va a acabar… final, final, final… ¡¡otra vez, por fin, ya tocaba!! Esta vez en Majadahonda el Cartagena se proclama de nuevo equipo de Segunda División. Premio merecido a la impoluta campaña que han realizado. La afición llora de alegría, los jugadores se abrazan, hay invasión de campo. Qué bonito es el fútbol. Equipo y afición cantan y se abrazan todos juntos en el césped, ¡otro momento para la historia!

 

El viaje de vuelta será maravilloso para todos los que han viajado y mientras nosotros seguimos aquí en Cartagena esperando a que lleguen para celebarlo, la espera será muy placentera. Mientras en la Plaza de España está todo preparado, ya estuvieron ayer celebrando la decimotercera Champions del Real Madrid.

 

El equipo llega a pasadas las 10 de la noche, la celebración se alargó más de la cuenta y la climatología fue mala en el camino. Ya es medianoche y Cartagena es una fiesta, toda la Alameda y Paseo Alfonso XIII están atestados de gente, el bus turístico aparece decorado especialmente para la ocasión: “Somos de Segunda. ¡Efesé!” Reza en el lateral. Música y cánticos, los jugadores son jaleados durante el trayecto hasta llegar a la Plaza de España. No recordaba celebración como esta, qué cantidad de gente por dios. Mira las caras de los niños, y también las de los padres. Eso es alegría y lo demás tontería. Arriba en el bus todos celebran, se abrazan, no hacen falta palabras. Las miradas lo dicen todo, ha sido la culminación de una temporada perfecta. Mañana los recibe la alcaldesa y por la tarde celebración con la afición desde el balcón de la plaza del Ayuntamiento.

 

Pero aún es domingo y hay que celebrarlo, no podría ser de otra manera. La fiesta sigue, la gente se va de borrachera pero yo mañana trabajo así que nos marchamos a casa con una sonrisa imborrable, abrazado a mi mujer y con el niño de la mano, hoy es un poco más del Efesé. Estas cosas son las que hacen afición. Hoy todos dormiremos mucho más felices y mañana toca a pensar en otra ilusionante temporada.


 

Gracias Efesé por un año maravilloso.

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