27 noviembre 2017

Tu un palmero y yo un crack.


Llevo bastante tiempo sin escribir nada acerca del FC Cartagena, la verdad es que estoy en una etapa de mi vida bastante estresante laboral y personalmente hablando y, por lo tanto, con pocas ganas para sentarme delante del ordenador a escribir nada. Pero como aquí todo el mundo dice lo que le viene en gana, yo no voy a ser menos. 

Parece que el resultado del pasado domingo ante el Betis Deportivo ha sentado como una patada en los mismísimos y ha hecho que la balsa de aceite que era todo lo relacionado con el Efesé ya no sea tan plácida como venía siendo hasta ahora, se atisban algunas pequeñas grietas en el barco albinegro en el que todos (recordemos, todos), navegamos; pequeñas grietas que no me gustan ni un pelo por lo que pueden llegar a desencadenar. 

Considero de vital importancia que siga imperando el ambiente de cordialidad y de colaboración mutua que ha existido (aparentemente) hasta ahora entre el tridente formado por prensa, club y afición. Un ambiente que es sin duda mucho más propicio para el correcto desempeño de las funciones que cada quién tiene encomendadas en su vértice del triángulo anteriormente mencionado. 

Es una obviedad que algo no está funcionando correctamente en el plano méramente deportivo dentro del equipo, la imagen ofrecida por el Cartagena ante rivales -a priori- inferiores no ha sido buena y eso nadie me lo puede discutir porque es una verdad objetiva. Estamos de acuerdo, no ha sido sólo un partido, ya van unos cuantos, curiosamente todos ante rivales “poco motivadores”, eso me da pie, cuanto menos, a poder poner en duda el temperamento y el compromiso de este grupo de jugadores. También es una obviedad que el FC Cartagena saltó el pasado domingo al terreno de juego con nada menos que nueve bajas, eso, en cualquier equipo del mundo mundial, se tiene que notar, por muy Cartagena que seamos. 

Si estamos hablando de obviedades, nadie me podrá negar que no es raro que un equipo afronte una jornada de liga con nueve bajas, ya sea por lesión, por sanción o por cualquier otra circunstancia. Esto lleva a pensar pensar diversas posibles causas:
 - Pensamiento uno: este año hemos tenido mala suerte ¡cachis!, a ver si se recuperan pronto que hace falta que estemos todos para lograr el objetivo. 

 - Pensamiento dos: este año no hemos acertado con los fichajes, parece que nos hemos puesto de acuerdo para fichar a gente propensa a lesionarse, menuda mala suerte… 

- Pensamiento tres: este año, con tanto campo de entrenamiento de césped artificial los jugadores están sufriendo más de la cuenta y eso está repercutiendo en una mayor cantidad de lesionados, qué mala suerte que no tengamos ya un campo de césped natural donde entrenar todos los días… 

- Pensamiento cuatro: hoy en día no se fabrican jugadores tan resistentes como los de antaño, será cosa de la vida moderna, los alimentos procesados, internet y las redes sociales que nos debilita más de la cuenta. Qué tiempos aquellos en que algunos forzaban y jugaban con dolor si el equipo lo necesitaba (como era el caso esta semana pasada), qué tiempos aquellos… 

- Pensamiento cinco: ¿es cosa mía o este año hay más expulsiones en el Cartagena que ninguno? 

Obviedad también es que la afición, ya sea por hacerse la molona y seguir al gracioso de turno que le decía “calvo de mierda” al míster, o por la razón que sea, cada vez tiene menos paciencia con un entrenador cuyos números (llamadme pelota, palmero, o asqueroso) no dejan de ser buenos -tirando a muy buenos-, y (llamadme oportunista) tiene al equipo en primera posición en un grupo en el que, estoy de acuerdo, podríamos ir mucho más destacados si se hubieran ganado esos partidos ante rivales de la parte baja de la tabla a los que parece que todo el mundo gana excepto el Cartagena, lo cual seguro que ya están estudiando en el club y muy preocupados por ello, no vamos a descubrir la pólvora nosotros. Pero no es menos cierto que el equipo ha dado sensación de solvencia y solidez ante los rivales más exigentes del grupo y eso, señoras y señores, me da tranquilidad en cuanto al rendimiento que puede dar esta plantilla (cuando a ellos les sale de los cojones jugar, correr y sacrificarse, claro está). 

Yo no creo que sea bueno que se pida la cabeza del entrenador estando el equipo líder. Tampoco creo que sea bueno que haya piques absurdos entre los medios de comunicación de la ciudad por ver quién la tiene más grande. También sé que a vosotros os chupa un huevo lo que yo crea o deje de creer, pero es mi opinión y creo que estoy en mi derecho de exponerla. En el fútbol, como en la vida, está casi todo inventado, tiramos mucho de hemeroteca, de frases hechas; vivimos de momentos, de ciclos, de modas y todas esas cosas. Pero en el fútbol, como en la vida, sin esfuerzo no hay recompensa y sin sacrificio no hay mejora. Y esto nos lo deberíamos de plantear todos alguna vez en la vida, yo el primero, mirarnos a nuestro ombligo antes de criticar el del vecino para intentar ser cada día mejores en el papel que a cada uno nos ha tocado jugar, en este caso el tema que nos trae es el FC Cartagena. Un tema que no debemos olvidar que es sólo un deporte, un juego, y que no debe hacernos perder el norte, ni perder amigos, ni volvernos locos. Que a algunos por el hecho de hablar en la radio, escribir en un periódico, una web, un blog, tener muchos seguidores en una red social o incluso llegar a ser directivo de un club de fútbol, se nos pueden subir los humitos más de la cuenta y creernos más que otra persona y eso jamás debería suceder. 

No soy un aficionado ruidoso, no soy de los que se deja la garganta en los partidos, soy más bien de esos "comepipas" aparentemente conformistas que van a ver un partido de fútbol sin emborracharse y sin insultar al árbitro ni a ningún jugador del equipo rival, ni siquiera de mi propio equipo, un tipo raro, ya véis. Pero no por eso soy peor aficionado que cualquier otro que sí lo haga, sufro con el Cartagena tanto o más que cualquiera de los que se dan golpes en el pecho y hablan de que están hartos en nombre de "la afición". Yo jamás he pitado a mi equipo, jamás he pedido la cabeza de mi entrenador, por muy mal que haya jugado el equipo y creo soy tan parte de la afición como el que más. 

Mi opinión - cambiando un poco de tema- vale lo mismo que la de cualquiera de vosotros, y no voy a consentir que nadie me impida decir lo que crea conveniente sobre uno u otro tema siempre y cuando sea desde el respeto como creo que he hecho siempre, porque por fortuna no le debo nada a nadie y a mi esto no me reporta nada, sino más bien todo lo contrario, me quita tiempo e incluso a veces, dinero. Considero, aclarado esto, que todos tenemos que mejorar día tras día e intentar hacer las cosas lo mejor se sepamos o podamos. Todos nos hemos equivocado alguna vez en nuestro trabajo, en la educación que impartimos a nuestros hijos, hemos hecho algo de los que nos hemos arrepentido con nuestra pareja y hemos fallado en mil situaciones que se nos pueden presentar en la vida. Recapacitemos un poquito sobre eso. Tengamos empatía, pongámonos en el lugar de los demás y pensemos si nos gustaría que en nuestro trabajo estén esperando al más mínimo fallo para darnos un hachazo, trabajaríamos con más tensión, ¿verdad? 

Sólo desde la humildad por parte de todos podremos lograr grandes metas, no somos ni de lejos la mejor afición, ni por supuesto la mejor prensa, ni el club con más historia y mejor palmarés. Somos el Cartagena, un modesto club de Segunda B que por fortuna está saneado y parte con una gran ventaja pero nada más, hasta que no admitamos eso nos va a costar salir de donde estamos.

2 comentarios:

  1. Opinión respetable excepto en la parte donde calificas la poca resistencia como "amariconarse". Es triste que en los tiempos que corren aún se tengan que utilizar esa clase de calificativos...Acaso un maricón es menos resistente que uno que no lo sea? En fin... Lo dicho, EFESÉ.

    ResponderEliminar
  2. Correcto, tienes toda la razón, modificado. Un abrazo!

    ResponderEliminar

DEJA TU COMENTARIO EN ESTA ENTRADA ¡ES GRATIS!